jueves, 18 de octubre de 2007

paredes acolchadas

Cerré los ojos un momento. Un tren vacio se llenó en un minuto en Baquedano, y no se vació conciderablemente hasta Vicente Valdés. Habia tanta gente que era imposible caerse en el caso de un frenazo imprevisto. El resto de las personas eran las paredes acochadas.

1 ideas locas:

Sign dijo...

Lo bueno de poder subirme en Santa Ana es eso, me pongo en un rincon y puedo descansar tranquilo.
Saludos.