pelotas detenidas

Paseo Ahumada, 4:30 PM. A lo lejos se veia una bandera unida a un tubo de PVC. Estabamos en el centro para ver el partido en la pantalla gigante. No habia mucha gente, pero valian por miles. Gritaban y gritaban: habia un grupo de jovenes arriba de la pelota cantaba como si estubieran en el estadio, pero no molestaba. Cuando me quejaba mentalmente de mi dolor de espalda, de no haber dormido una cantidad decente de horas, cuando extrañaba mi cubrecama y a la felipa, una mujer se puso a gritar justo detras mio. Alentaba a Chile de buen animo, pero nadie la apañaba con sus canticos. Dejó de gritar un ratito antes del segundo gol con pelota detenida y se fue de inmediato. Terminaba el primer tiempo y el grupo atento a la pantalla gigante disminuyó en número. El señor de las banderias chilenas, los jockeys y los cintillos de tela era parte del paisaje.